Todos necesitamos companía, escucha y ayuda. Nadie puede solo. Cuando vamos rompiendo viejas formas, dónde la competencia, el individualismo y la soledad eran los valores predominantes, entramos en un proceso de mucha vulnerabilidad, de emocionalidad desequilibrada, de dolor y miedo; allí se hace necesaria la compañía, el sostén del grupo, de la comunidad. Sin él puede ser muy dificil y solitario. En mi camino, vi todas las resistencias que había creado que no me permitían entregarme, abrirme y dejarme ayudar. Mis Ángeles me guiaron paso a paso en mi proceso de sanación y cada paso traía un nuevo milagro. Paz, calma, presencia. conexión con el todo. Amor infinito.
Por eso estoy segura de que solo abriéndonos a compartir, podemos evolucionar. Ayuda y compañía que encontramos en la tierra a través de nuestros hermanos, y que también llega del cielo con nuestros amados Ángeles, Maestros y Guías al servicio de la humanidad.
Cuanto más nos abrimos al recuerdo de quienes somos, más unión y sostén sentimos. La vida quiere entregarnos todo, pero tenemos que permitirlo.